domingo, 25 de junio de 2023

CARPE DIEM - Oh capitán, sí mi capitán!

Querida amiga, ¿Cómo estás? Un buen día para ti, te deseo de corazón.

Estos días en casa han sido de reflexión, sosiego, introspección, de sensaciones, de la belleza de la poesía, de desempolvar cosas bonitas dejadas en el baúl de las "agendas prioritarias", de la simpleza, del agradecimiento y de exclusas abiertas.

Ha sido un corto viaje hacia adentro, como Marco Polo en su ruta de la seda, Verne en su camino hacia el centro de la tierra, del Principito a su rosa o la utopía de Galeano al horizonte.

¡Ha sido maravilloso!

Años atrás había visto extasiado "Into the wild" (Historia de la vida real), con el personaje principal Alex Supertramp, su pasión por la vida, la libertad, aventura, cómo le encantaba leer y gustaba citar autores, como Thoreau, London, Whitman, etc.

Luego empecé a hojearlos también. Algo aquí y allá, más no ahondé en sus mundos literarios.

(¡Haré un corte aquí para no alargar está parte, pero que lo haría con todo gusto, pasión y placer en algún momento, oh sí!).

En estos días han pasado por mi mente frases de una película y empezaron a salir señales aquí y allá, historias, sus actores: "La sociedad de los poetas muertos", con Robin Williams, 1989.

Tal cuál retumbaba en mi cabeza ese ADN que llevan los soñadores, los rebeldes, los no juzgadores, los que no quieren darle su aprobación mental a todo en segundos.

"¡Oh capitán, mi capitán!" repetían el profesor Keating y sus alumnos, los del club.

¡Ese pedazo de vida envuelto en una llama que vibra en tú corazón y te levanta!

“¡Hoy has de este día extraordinario, has que valga! “.. CARPE DIEM. Lo hemos vivido sin pensarlo mil veces y como algunas veces también, lo olvidamos.

Un clímax que revoluciona la sangre y el cerebro. Días atrás ya venía escuchando audiolibros de los poemas de Walt Whitman y todo de pronto conectó. Todo en la película venía de él, a causa de sus letras, deseos, anhelos y frustraciones.

De ese legado y de consentir la historia, de todo hombre que cruzó por este mundo y ahora yacen bajo tierra.

Hombres y mujeres iguales a nosotros, justo ahora, que tuvieron las mismas ganas, bríos, metas y sueños. Tal vez menos agitados y "estresados", pero no menos importantes, ni "anticuados" sus propósitos.

Sí, ideales altruistas talvez y menos de cronómetro u obligados por la realidad autoimpuesta, evadiendo, tapando la vida desenfrenada del hoy, del "ahora" comparada a la de 120-150 años atrás.

"Recoge flores hoy mientras puedas".

Y allí, disfrutando esas palabras de Walt mientras miro fotos antiguas de quienes nos precedieron.

Frases que resuenan una y otra vez en mi cabeza y que revolotean pretendiendo sedarla, evitando volver a escribir por no sé qué razones.

Mientras dejo que todo decante por si mismo y que el agua que corre bajo el puente siga rompiendo la piedra en su cauce y caudal, sigo devorando los poemas de Whitman, el incomprendido, el viejo que le escribía a todo lo que se movía, pensaba, vivía y moría.

La vida es ese Carpe Diem que hemos intentado en vano postergar y ponerle etiqueta, por suerte.

Ese Club de poetas muertos, dónde todos somos el profe Keating, sus alumnos Tood, Neil, Charlie o Knox.

¡Todos somos Capitanes de nuestras vidas!

"¡Oh capitán, sí mi capitán!"


Carpe Diem: El Club de los Poetas Muertos

Carpe Diem: El Club de los Poetas Muertos

Carpe Diem, vive el momento porque, ¿Quién te asegura que mañana volverá a amanecer? Dado que vivimos inmersos en un universo de enormes proporciones, lleno de caos y entropía, dar por hecho que el mañana es absoluto resulta un gran error.

Carpe Diem es una gran lección de la película El Club de los Poetas Muertos. Nos han evocado de tal manera la necesidad de vivir la vida en momento presente, con valentía, con confianza y con los brazos abiertos.

“Me he subido a mi mesa para recordar que hay que mirar las cosas de un modo diferente. El mundo se ve distinto desde aquí arriba.”

-John Keating-




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