domingo, 1 de julio de 2012

Que digan que vivo en los tiempos de Vera de Khon

La primera vez que la ví no pude sostener la mirada.. Sus ojos verdes azulados impactaron profundamente en mi y recordé aquellas historias de ángeles y seres de luz en la tierra, que te los encuentras por allí de repente, en cualquier momento y circunstancia.
Ella me miraba como una madre, hermosa y tranquila, cálida sonrisa, como si supiera lo que mi alma necesitaba en en ese momento de mi vida.. Sentía que no había juicio en su mirada, solo bondad, solo amor.

Como se siente Dona Vera? - Muy bien, excelente!. decía. En la sala de su casa me atraían muchos algunas pinturas y fotografías con su retrato. Siempre me fascinaba su mirada.
Los detalles en aquella sala develaban su vida, su camino y legado. Me habría quedado horas enteras observando todo, disfrutándolo.. Escuchando el ganso en su patio y hasta con la chimenea encendida.
Saboreando sus libros y vivencias, con tantas enseñanzas, con una taza de té de esa cantina de cobre que siempre servía en los días de meditación.


"Es el aquí y el ahora, aprender a vivir cada momento como único, irrepetible. El pasado, una escuela de experiencia".
"La vida es una sorpresa a cada momento".

Hay tanto que decir y hablar de ella, con ella.. Mas, ya no será de la manera normal humana, sino espiritual, de sonrisas sin tener nada que decir.. Solo en el silencio profundo del corazón.
Aprendí a agradecer desde ella, con ella.. Como en cada sábado de meditación y luego los desayunos con sus alumnos y amigos.. Como disfrutaba el pan y el té, escuchándola sabían diferente.. Ese día empezaba llenándome de su espíritu y lo sentía a cada momento con los míos.


Tuve el privilegio de compartir con ella el último Seshin con el Maestro Irano en Tumbaco. Aunque no pude culminarlo, quedé impregnado nuevamente de su alegría y sentido de la vida; y para mi fué un regalo invaluable que llevaré con gratitud y amor en mi camino de vida.

Que mas sino agradecer, vivir el momento, dejar que la vida nos sorprenda.. y sonreír siempre con la mirada, que sigue siendo el reflejo de alma.. Así era Vera para mi.. Así la llevo en mi corazón.
Hoy junte mis manos e inclinando mi cuerpo ante su ataúd cubierto con un manto negro y la estrella de David en el centro, solo le dije gracias.. Gracias a la vida Dona Vera!!.



Se hace camino al andar, como dice Serrat. Dichosos los caminos que se cruzaron con el suyo, Vera.
Que digan que yo caminé entre gigantes..
Que digan que anduve entre Dioses y Magos..
Que digan que viví y amé en los tiempos de Vera de Khon..!!

http://youtu.be/EI5HlBc79LE