lunes, 4 de septiembre de 2023

12 mil kilómetros y 22 años después.. Un nuevo mundo, el mismo espíritu

Volver a escribir en una hoja de papel me volvió a los primeros años dónde daba rienda suelta a mis emociones disfrazadas de acrósticos, poemas, letras de futuras canciones que nunca compuse, cuentos e historias de ficción. Y ahora hijo pensando en qué te escribiría, cosas que no te he dicho antes o cuáles son las precisas en este momento.

Recordé un escrito del blog que te dediqué hace ya algunos años, tenías la edad de tu hermana en ese entonces. Lo leo ahora y pareciera que te estaba dando consejos de todo lo que estás viviendo ahora, lo que la vida te iba a sorprender, a otorgar, a poner a prueba. Es lo que estás haciendo hoy y que lo tendrás presente por el resto de tu vida.

Por eso, creí que sería mejor escribirte en el blog 9 años después, hoy en el día de tu cumpleaños festejando con letras, vivencias, con melodías que nos gustan, que las cantábamos en alguna ocasión especial y las llevamos dentro para siempre.

Hay tanto que quiero contarte, compartirte. Tú que además eres mi amigo, mi compañero de caminos, mi maestro, mi inspiración, mi orgullo, mi milagro de vida y como siempre te lo decía de pequeño, mi motor de vida. Tantas experiencias que puede vivir un joven en sus primeros años de vuelo en solitario, con altas cumbres, laderas escarpadas, con nieve, huracanes y abismos, como la letra de Antonio Vega, “El sitio de mi recreo”.

Todo lo que ha significado cada etapa que has vivido en carne propia y todo como tan rápido, abriendo las alas de aguilucho, más, aleteando con fuerza para mantenerte en vuelo, equilibrio y luego de esa maravillosa transformación desplegando tus alas poderosas tomando altura por encima de tormentas, nubes grises y también cielos azules y paisajes majestuosos que no habías vivido antes.

Te imagino compartiendo dominios con el gran oso y con el lobo estepario, seres nobles que tienen un significado profundo con su simbolismo y espíritu, con tu esencia y la mía. Praderas, montañas rocosas, estepas y boscajes; esa trilogía de poder que llevas impregnado en tu espíritu de nobleza, templanza, bravura, de guía y estrategia, de abrir caminos. Ahora estás en tu nueva tierra que también es tu hogar y te acoge, la gran madre Rusia.

Las lecciones que la vida nos ha ido enseñando estos últimos años que parecen décadas, más cada una da sentido a la que sigue, muestra el camino, con piedras y escollos, te prepara para ese futuro y en tu día a día, labrando en tierra fértil, escribiendo tu historia con letras grabadas a fuego, mente y corazón.

Lo que vives lo vivo, lo que sientes lo siento. Lo que te hace feliz, me hinca de rodillas agradecido al dador de todo, a la esencia, al alfa y omega, al dios, al buda, al niño interior mío, al tuyo. Siempre agradecido por cada cosa que vives y que, en aparente rutina de lo ordinario, tú lo haces extraordinario simplemente porque lo vives desde adentro, con alma de Espartano, de plebeyo con sangre azul, de un semi dios del Olimpo. Y es que así te veo hijo mío, como Aquiles, Leónidas, Alejandro Magno, Shakyamuni y hasta el Che. Pero tal vez, eso es como quiero verte y lo que cuenta al final es como tú te veas, lo que eres. ¡Simplemente tú!

¿Qué es eso de llegar a un lugar tan lejano, bajo 0 grados, en cuarentena, con otro idioma complicado, una cultura diferente, luego una guerra, la incertidumbre, el día a día, las caídas y levantadas, las ganas y desganos, la soledad y el silencio? Y fuiste sorteando cada paso, tanteando, despacio y al final las huellas del camino recorrido.

Eso cuenta, eso forja, templa y tú lo hiciste. Allí está en el libro de tu vida, más eso es sólo una parte del resto que vendrá. Mira el siguiente escalón te digo, me digo también... Y allí vamos, persiguiendo cometas y estrellas fugaces, seguros que nos subiremos en una de ellas, tal cual El Principito. ¡Sigue tu estrella hijo, síguela!

¿Qué te puedo decir justo ahora? Que te cuides de esto, que hagas lo de allá, ¿o que cuides lo que tienes y honres lo bueno que recibes y das? Esa parte es tuya. Las cartas ya fueron lanzadas, la baraja es tuya. Eres el sembrador y el que cosecha. En aquel escrito seguirá vigente para ti, tu hermana y para nosotros tus padres, toda la vida. Más de una palabra o frase volverá a ti en primer plano y retumbará tu cabeza y corazón hoy y siempre.

Lo que estás construyendo, aprendiendo, conociendo, descifrando en tu mente, trata de mantenerlo conectado siempre con tu corazón. Es tu naturaleza, fluirá contigo, eres sello Montessori. Hoy te he querido contar algo más de la vida, con otros colores, sabores y matices. En el fondo eso es tuyo, lo llevas dentro, conectado a ti, porque es parte de ti.

Un cumpleaños especial.. Siempre lo es, siempre lo será, vívelo y constrúyelo. ¡Sácale el jugo a la vida! ¡Tus metas, tus anhelos y objetivos allí están! Que sean gigantes, que te hagan levantar cada mañana con bríos o tal vez algún día no, pero es lo que vale, es el gran reto... ¡Se feliz!

Es lo que deseo para ti, que encuentres tu propósito y sigas la estela de tu destino. Estás en mis silencios, en conversaciones con el padre, en una velita encendida en la noche dónde está contigo y con lo que amamos. 

Hoy es tu cumpleaños, hoy disfrutamos contigo. Momentos que perpetúan la memoria y la nostalgia, al final todo habrá valido Juan Sebastián, mi hijo amado. 

Gracias a la vida, gracias a ti, gracias al todo.

La vida es, la vida sigue. Es primavera, verano, otoño e invierno.. Y primavera nuevamente.



Man against the world 


Have you ever walked alone at night

Like a man against the world

No one takes your side

A boat against the tide

When your faith is shaken you start to break

And you heart can't find the words

Tossed upon the sand

I give you a man against the world.

 

All the people cheer 'til the end is near

And the hero takes a fall

Then they'll drag you through the mud

You're only flesh and blood

I have walked the path from dark to light

And they've yet to come to terms

Alone I take my stand

I'm only a man against the world.

 

And love, like a distant reminder

It tugs at my shoulder

It calls me home

I shout, can a single voice carry

Will I find sanctuary within your arms

Someday when the answer's clearer

Someday when I even the score

You'll reach and you'll find me near you

Right beside you forevermore.

 

But for now I'll walk the night alone

Like a man against the world

A brand new day will shine

Through the avalanche of time

Now the road's grown long, but the spirit's strong

And the fire within still burns

Alone I take my stand

I give you a man against the world.

 


domingo, 25 de junio de 2023

CARPE DIEM - Oh capitán, sí mi capitán!

Querida amiga, ¿Cómo estás? Un buen día para ti, te deseo de corazón.

Estos días en casa han sido de reflexión, sosiego, introspección, de sensaciones, de la belleza de la poesía, de desempolvar cosas bonitas dejadas en el baúl de las "agendas prioritarias", de la simpleza, del agradecimiento y de exclusas abiertas.

Ha sido un corto viaje hacia adentro, como Marco Polo en su ruta de la seda, Verne en su camino hacia el centro de la tierra, del Principito a su rosa o la utopía de Galeano al horizonte.

¡Ha sido maravilloso!

Años atrás había visto extasiado "Into the wild" (Historia de la vida real), con el personaje principal Alex Supertramp, su pasión por la vida, la libertad, aventura, cómo le encantaba leer y gustaba citar autores, como Thoreau, London, Whitman, etc.

Luego empecé a hojearlos también. Algo aquí y allá, más no ahondé en sus mundos literarios.

(¡Haré un corte aquí para no alargar está parte, pero que lo haría con todo gusto, pasión y placer en algún momento, oh sí!).

En estos días han pasado por mi mente frases de una película y empezaron a salir señales aquí y allá, historias, sus actores: "La sociedad de los poetas muertos", con Robin Williams, 1989.

Tal cuál retumbaba en mi cabeza ese ADN que llevan los soñadores, los rebeldes, los no juzgadores, los que no quieren darle su aprobación mental a todo en segundos.

"¡Oh capitán, mi capitán!" repetían el profesor Keating y sus alumnos, los del club.

¡Ese pedazo de vida envuelto en una llama que vibra en tú corazón y te levanta!

“¡Hoy has de este día extraordinario, has que valga! “.. CARPE DIEM. Lo hemos vivido sin pensarlo mil veces y como algunas veces también, lo olvidamos.

Un clímax que revoluciona la sangre y el cerebro. Días atrás ya venía escuchando audiolibros de los poemas de Walt Whitman y todo de pronto conectó. Todo en la película venía de él, a causa de sus letras, deseos, anhelos y frustraciones.

De ese legado y de consentir la historia, de todo hombre que cruzó por este mundo y ahora yacen bajo tierra.

Hombres y mujeres iguales a nosotros, justo ahora, que tuvieron las mismas ganas, bríos, metas y sueños. Tal vez menos agitados y "estresados", pero no menos importantes, ni "anticuados" sus propósitos.

Sí, ideales altruistas talvez y menos de cronómetro u obligados por la realidad autoimpuesta, evadiendo, tapando la vida desenfrenada del hoy, del "ahora" comparada a la de 120-150 años atrás.

"Recoge flores hoy mientras puedas".

Y allí, disfrutando esas palabras de Walt mientras miro fotos antiguas de quienes nos precedieron.

Frases que resuenan una y otra vez en mi cabeza y que revolotean pretendiendo sedarla, evitando volver a escribir por no sé qué razones.

Mientras dejo que todo decante por si mismo y que el agua que corre bajo el puente siga rompiendo la piedra en su cauce y caudal, sigo devorando los poemas de Whitman, el incomprendido, el viejo que le escribía a todo lo que se movía, pensaba, vivía y moría.

La vida es ese Carpe Diem que hemos intentado en vano postergar y ponerle etiqueta, por suerte.

Ese Club de poetas muertos, dónde todos somos el profe Keating, sus alumnos Tood, Neil, Charlie o Knox.

¡Todos somos Capitanes de nuestras vidas!

"¡Oh capitán, sí mi capitán!"


Carpe Diem: El Club de los Poetas Muertos

Carpe Diem: El Club de los Poetas Muertos

Carpe Diem, vive el momento porque, ¿Quién te asegura que mañana volverá a amanecer? Dado que vivimos inmersos en un universo de enormes proporciones, lleno de caos y entropía, dar por hecho que el mañana es absoluto resulta un gran error.

Carpe Diem es una gran lección de la película El Club de los Poetas Muertos. Nos han evocado de tal manera la necesidad de vivir la vida en momento presente, con valentía, con confianza y con los brazos abiertos.

“Me he subido a mi mesa para recordar que hay que mirar las cosas de un modo diferente. El mundo se ve distinto desde aquí arriba.”

-John Keating-